lunes, 16 de julio de 2012

Y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, las 2...

Esta noche he aprendido que odio a las gatas. Así es como me llamaba Bolita: gatita. Siempre he amado los animales, pero hoy me han despertado mi instinto más asesino.

Contaremos la historia desde el principio....

Esta semana ha sido un poco "intensa". He quedado mucho con T.S. todas las noches y la verdad es que, aparte de reírnos como locas, he trasnochado mucho. Además de eso están las pesadillas tontas que no la dejan dormir a una... así que este fin de semana tocaba relax.

Al final me decidí por playa, familia y amigos. 
No voy a mentir, las palabras relax y descanso han brillado por su ausencia y eso que las necesito como el vivir: mucho trasnochar y siestas imposibles por la enajenación transitoria que tienen mis vecinos (transitoria porque dura de 16:00 a 19:00, justo la siesta!) que  conlleva gritos, broncas o reggeaton a todo trapo. Conclusión: boca seca, cansancio acumulado y no parar con las amigas, vamos, que vivo en un continuo arrastre.


Anoche llegué a casita, por fin sola, sin vecinos locos, como mucho el ruido de las obras a los que ya te has acostumbrado y con un sueño que me caía. Pues no sé qué rollo raro se lleva Morfeo conmigo que me abrió los ojos de par en par hasta las 4 de la mañana!! Y no contento con eso, a las 5 de la mañana me despierto con lo que creía que eran gritos/alaridos de un niño... ¿llamo a la policía? ah no! si es un perro! me asomo  a la ventana y está todo más negro que el sobaco de un mono...a ver si se calla... 
Y así hasta las 6 de la mañana, hace un ratito vamos, que me he vuelto a dormir y a las 7, de nuevo, esos alaridos que parecen de Satán desde los infiernos. Ahora sí, me asomo y veo una gata negra, preciosa, chillando como una loca! 


Gracias Dios por inventar los veterinarios, las esterilizaciones y las inyecciones para el celo, ahora sólo falta que corras la voz por ahí y se enteren mis vecinos!! Esa opción o la que decía Bolita: pan con anís, muuuucho anís...

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